En el informe "El futuro del trabajo en 2023", la Organización Internacional del Trabajo (OIT) establece algunas tendencias importantes en relación al trabajo en los próximos años. El informe aborda los enormes desafíos que enfrentarán los mercados laborales en 2023. La perspectiva global para los mercados laborales ha empeorado significativamente durante 2022 debido a las tensiones geopolíticas emergentes, los conflictos en Ucrania, una recuperación desigual de la pandemia y cuellos de botella en las cadenas de suministro. Todo esto ha preparado el escenario para un episodio complejo, la primera vez que ocurre un período de alta inflación y bajo crecimiento simultáneamente desde los años setenta. Los responsables políticos enfrentan un difícil equilibrio mientras lidian con una alta inflación en un entorno de recuperación incompleta del empleo. La mayoría de los países aún no han regresado a los niveles de empleo y horas trabajadas vistos a finales de 2019, antes del brote de la crisis sanitaria COVID-19. Sin embargo, una serie de choques de suministro, principalmente en los mercados de alimentos y materias primas, han aumentado los precios de los productores, lo que ha llevado a aumentos en la inflación de los precios al consumidor y ha llevado a los principales bancos centrales a adoptar una postura más estricta en la política monetaria. En ausencia de aumentos correspondientes en los ingresos laborales, la crisis de costos de vida amenaza directamente los medios de vida de los hogares y corre el riesgo de deprimir la demanda agregada. Muchos países han acumulado una cantidad significativa de deuda, en parte para abordar las graves consecuencias de la pandemia, y el riesgo de una crisis global de deuda es alto, poniendo en peligro la frágil recuperación en muchos mercados de frontera.

En este contexto, persisten importantes déficits de trabajo decente en todo el mundo, lo que socava la justicia social. Cientos de millones de personas no tienen acceso a empleos remunerados y aquellos que están empleados a menudo carecen de acceso a la protección social y a los derechos fundamentales en el trabajo. La mayoría de los trabajadores son informales o no pueden expresar sus intereses a través del diálogo social. La distribución de ingresos es muy desigual, por lo que muchos trabajadores no pueden salir de la pobreza. Las perspectivas del mercado laboral son altamente desiguales, no solo entre países, sino también dentro de ellos. Existen brechas de género en todas las áreas del mundo laboral y los jóvenes enfrentan desafíos particulares.

La informalidad y la pobreza laboral aumentaron aún más con la crisis de COVID-19. A pesar de la recuperación que comenzó en 2021, la continua escasez de mejores oportunidades laborales probablemente empeorará con la desaceleración proyectada, llevando a los trabajadores a empleos de peor calidad y privando a otros de una protección social adecuada. Los ingresos laborales reales disminuyen a medida que los precios superan a los ingresos nominales. La presión a la baja resultante sobre la demanda en los países de altos ingresos afecta a los países de bajos ingresos.

Algunos puntos externos en los que se basa el informe:

La importancia de la tecnología: La tecnología seguirá siendo un factor determinante en el mundo laboral, ya que cada vez más tareas serán automatizadas y se requerirán habilidades digitales para desempeñarse en el mercado laboral. Además, se espera que la tecnología tenga un impacto en la creación y destrucción de empleos.

Cambios demográficos: El envejecimiento de la población y la disminución de la tasa de natalidad son dos factores que influirán en el mercado laboral en los próximos años. Esto puede generar una oferta de trabajadores más pequeña y una mayor demanda de habilidades específicas, lo que podría afectar la creación de empleo.

Desigualdad económica: La desigualdad económica seguirá siendo un problema importante en el futuro y se espera que continúe aumentando. Esto puede generar tensiones sociales y políticas y afectar la calidad de vida de las personas.

Cambios en la organización del trabajo: Se espera que el trabajo se organice de manera más flexible en el futuro, con la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar con conexión a internet. Además, se espera que aumente el trabajo por cuenta propia y disminuya la estabilidad laboral.

Cambios en la formación y educación: La formación y educación serán fundamentales para adaptarse a los cambios en el mercado laboral. Se espera que la educación continua sea cada vez más importante para mantenerse actualizado y adquirir nuevas habilidades.

Cambios en la protección social: La protección social tendrá que adaptarse a los cambios en el mercado laboral, ya que muchos trabajadores estarán en situaciones más precarias. Se requerirán políticas públicas para garantizar una seguridad social adecuada para todos los trabajadores.

En resumen, el informe de la OIT muestra que el mercado laboral seguirá cambiando en los próximos años. La tecnología, los cambios demográficos, la desigualdad económica, la organización del trabajo, la formación y educación, y la protección social serán temas importantes a considerar para individuos, empresas y gobiernos. En este contexto, será esencial adaptarse al cambio, adquirir nuevas habilidades y estar preparados para las nuevas formas de trabajo que surgirán.

Además, el año 2023 se presenta como un período de grandes oportunidades para el desarrollo de habilidades. Las empresas, organizaciones y gobiernos son cada vez más conscientes de la importancia de contar con personal altamente capacitado con habilidades adecuadas para enfrentar los desafíos del mercado laboral actual y futuro.

Por eso, el desarrollo y la formación de personas en términos de habilidades y competencias se convierte en un aspecto clave para el éxito de cualquier empresa o institución. En este sentido, se espera que 2023 sea un año de importantes inversiones en programas de capacitación y formación del personal.

La demanda de habilidades digitales y tecnológicas sigue creciendo, lo que ha llevado a una mayor necesidad de educación y formación en estas áreas. El desarrollo de habilidades en inteligencia artificial, análisis de datos, ciberseguridad y programación son solo algunos ejemplos de áreas clave que se espera que se desarrollen en 2023.

Pero también hay otras habilidades que serán cada vez más valoradas en 2023, como la creatividad, la innovación, el liderazgo, la resolución de problemas y la toma de decisiones. Estas habilidades son especialmente relevantes en un mundo en constante cambio con nuevos desafíos que surgen constantemente.

En resumen, 2023 será un año en el que el desarrollo de habilidades será una prioridad para empresas, organizaciones y gobiernos. Esto representa una gran oportunidad para las personas que desean mejorar sus habilidades y adquirir nuevas competencias para destacarse en el mercado laboral actual y futuro. Además, el desarrollo de habilidades puede ser una herramienta clave para la retención de talentos y la mejora de la productividad en las empresas.