Se calcula que más de 2.500 millones de personas en todo el mundo necesitan uno o más productos de asistencia, como sillas de ruedas, audífonos o aplicaciones que apoyen la comunicación y la cognición. Sin embargo, a casi mil millones de ellos se les niega el acceso, tal y como advierte este informe de la Organización Mundial de la Salud. Nos encontramos ante una brecha que urge estrechar. Una de las claves para ello: la transformación digital.

Vivimos en un momento en el que la innovación, el internet de las cosas, los datos y su análisis suponen un valor estratégico para muchas empresas y están teniendo un impacto decisivo en la vida cotidiana. Afortunadamente, muchas organizaciones emplean esta valiosísima información para centrar sus investigaciones en la manera en la que las nuevas tecnologías pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad. Pero, aunque los avances experimentados en los últimos años son innegables, los datos arriba expuestos evidencian que la transformación tecnológica y digital sigue sin llegar a todos y todas por igual. El mundo actual exige acelerar su desarrollo. Y este salto debe ser progresivo, inclusivo y asequible. Su potencial es enorme.

¿Cómo pueden la digitalización y la innovación hacer más fácil la vida de las personas con discapacidad? Las tecnologías inclusivas y productos de apoyo tecnológicos facilitan las tareas y rutinas de las personas con discapacidad. Los nuevos desarrollos son múltiples, y cada vez adquieren mayor proyección gracias a que estamos inmersos en un proceso de convergencia de muchas soluciones que estaban fragmentadas. Aunque no están todos los que son, a continuación mostramos algunos ejemplos:

- La robotización tiene un gran potencial para acabar con las barreras basadas en la movilidad física. No solo con el desarrollo de exoesqueletos que permiten caminar a personas con lesiones en la médula espinal o lesiones cerebrales adquiridas, sino también con otras propuestas encaminadas a que las personas con discapacidad puedan realizar sus actividades diarias por sí mismas, incluyendo comer, beber o lavarse.

 

- En un tiempo en el que la vida cotidiana –ya sea en el ámbito laboral o en las relaciones sociales– está regida en gran parte por el manejo de dispositivos móviles como smartphones o tablets, son varias las compañías que han desarrollado aplicaciones para que el control de estos pueda realizarse a través de movimientos faciales o, incluso, oculares.

 

- La inteligencia artificial abre nuevas fronteras para las personas con discapacidad auditiva. Este proyecto, financiado con fondos europeos, propone una innovación avanzada que pretende ofrecer soluciones inclusivas a las necesidades de comunicación de las personas sordas aplicables a dispositivos móviles básicos.

 

- Aunque sin ser exclusivo del entorno digital, el diseño para todas y todas incorpora la accesibilidad en el desarrollo de cualquier solución desde la fase de creación. Para impulsar esta apuesta, los desarrolladores de producto emplean criterios de accesibilidad para garantizar a las personas con diferentes tipos de discapacidad una buena experiencia de usuario.

 

- El ocio y el disfrute también deben ser accesibles. Los Touching Masterpieces son unos guantes de realidad virtual que permiten a las personas invidentes disfrutar del arte y experimentar las obras maestras como el David de Miguel Ángel, la Venus de Milo y el busto de Nefertiti a través del tacto.

Son muchas las oportunidades que ofrece la democratización de la tecnología, ya que las soluciones digitales deben ser una herramienta inclusiva per se. En el camino lograr una transición justa, sin duda, las personas con discapacidad serán uno de los colectivos beneficiados por estas mejoras, que ya están mucho más cerca de lo que pensamos.