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Discapacidad y medio rural: sigue sin haber una accesibilidad adecuada a las necesidades de las personas con discapacidad
19 Ene 2023

  • El diseño de los entornos y espacios rurales puede obstaculizar la interacción social, además de limitar la generación de formas de inclusión para las personas con algún tipo de discapacidad, con su consiguiente impacto físico, económico o social.

 

  • Es necesario impulsar un diseño universal que promueva un entorno inclusivo donde se permita que todas las personas se desplacen de manera libre y autónoma, contribuyendo indirectamente a mejorar la calidad de vida de terceros.

Uno de los focos de preocupación de la Unión Europea es el desarrollo del mundo rural en un entorno cada vez más urbanizado. En este contexto, cada vez más personas y organizaciones cooperan creando nuevos negocios en entornos rurales para luchar contra la despoblación. Los informes de la ONU defienden que, para 2050, cerca de un 68 % de la población mundial vivirá en ciudades. Europa no será una excepción, así que el reto principal será lograr un equilibrio entre el desarrollo sostenible de las urbes y el mundo rural.

Los indicadores socioeconómicos en estas zonas se sitúan, por regla general, por debajo de la media, especialmente en materia de infraestructuras y transporte, servicios sociales y culturales, nuevas tecnologías de la comunicación, etc. La realidad es que nuestra sociedad está organizada con criterios urbanocéntricos que perjudican a quienes no se encuentran dentro de la media. Al constituir las personas con discapacidad un grupo con necesidades específicas dentro de la población rural, es evidente que este esfuerzo de consolidación socioeconómica de las áreas rurales hay que tenerlo en cuenta.

Las personas con discapacidad tienen derecho a una vida plena y sin exclusiones en todos los ámbitos, incluyendo el medio rural. Precisamente, este entorno siempre se ha caracterizado por tener bajos niveles de accesibilidad y servicios para personas con discapacidad, lo cual supone una barrera para el acceso a la educación, el empleo y otros servicios. En áreas rurales no siempre se puede acceder a escuelas especiales o programas educativos adaptados, lo que limita las oportunidades académicas y profesionales. Además, la atención médica especializada y los servicios de apoyo a menudo son limitados o inexistentes en áreas rurales, lo que dificulta a las personas con discapacidad recibir el tratamiento y la ayuda que necesitan.

Uno de los problemas más destacados es la accesibilidad debido a una escasez de transporte público, así como de infraestructuras adecuadas para la movilidad. Esto significa que el medio rural es un entorno en el que una persona con discapacidad puede encontrar serias limitaciones para acceder a servicios básicos. La accesibilidad en el medio rural ha sido un desafío para la sociedad en su conjunto, y los gobiernos tienen una responsabilidad especial para abordar esta cuestión. Esto puede lograrse mediante la inversión en infraestructuras adecuadas para asegurar que los espacios públicos sean accesibles, así como la mejora de los sistemas de transporte para personas con discapacidad.

Ahora bien, ¿cómo pueden las administraciones locales dar respuesta a estas necesidades?

En primer lugar, es necesario elaborar un diagnóstico de las barreras existentes y fijar metas para cada una de las etapas destinadas a eliminarlas, con miras de alcanzar la accesibilidad mediante mejoras graduales. Los expertos sugieren que las primeras medidas promuevan una “cultura de accesibilidad”, comenzando por la alineación de los objetivos de una transición ecológica y justa sin dejar a nadie atrás. Por otro lado, las entidades locales deben coordinar acciones y esfuerzos entre organizaciones del sector civil, órganos descentralizados y empresas de distintos servicios, con el fin de garantizar que la accesibilidad sea plena.

Sin embargo, nada de esto será suficiente si quienes viven en los medios rurales no son quienes la diseñan. Las personas con discapacidad tienen que ser los protagonistas tanto en la formulación de la legislación y las intervenciones en el entorno, como en otros procesos decisorios, pues su experiencia es clave para hacer de las zonas rurales y ciudades un lugar universalmente habitable.