El cambio climático es una crisis global que afecta a todas las dimensiones de la vida humana, y su impacto en la salud es cada vez más evidente. Sin embargo, es crucial reconocer que las personas con discapacidad se enfrentan a un conjunto único de desafíos cuando se trata de abordar el cambio climático y sus efectos, especialmente en lo que respecta a las variaciones de temperatura y eventos climáticos extremos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cambio climático está aumentando la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, como olas de calor, inundaciones y tormentas, lo que puede tener un impacto significativo en la salud de las personas, y las personas con discapacidades pueden ser especialmente vulnerables. Entre los impactos más notorios se incluyen:
Accesibilidad y movilidad: Las personas con discapacidad físicas o de movilidad pueden encontrar obstáculos significativos durante eventos climáticos extremos. Las infraestructuras y los refugios de emergencia a menudo carecen de accesibilidad adecuada, lo que dificulta la evacuación o la búsqueda de refugio seguro.
Salud específica: Alguna discapacidad puede hacer que las personas sean más susceptibles a las variaciones de temperatura. Por ejemplo, las personas con discapacidades respiratorias pueden experimentar un empeoramiento de sus condiciones en entornos con alta contaminación del aire, común durante las olas de calor.
Comunicación y comprensión: Las personas con discapacidad cognitiva pueden tener dificultades para comprender y responder a las advertencias de emergencia, lo que las coloca en un mayor riesgo durante eventos climáticos extremos.
Atención médica y rehabilitación: El acceso a la atención médica y los servicios de rehabilitación durante y después de desastres naturales puede verse gravemente afectado. La interrupción de servicios de salud, como la falta de electricidad para dispositivos médicos esenciales, puede ser potencialmente mortal para algunas personas con discapacidades.
Movilidad en terrenos difíciles: Tras un evento climático extremo, las personas con discapacidad pueden enfrentar desafíos adicionales debido a infraestructuras dañadas, la falta de transporte accesible y dificultades para desplazarse en terrenos difíciles. Estas barreras pueden agravar su vulnerabilidad en situaciones de crisis.
La OMS advierte que el cambio climático es una amenaza directa para la salud y el bienestar de las personas en todo el mundo, y las personas con discapacidad son un grupo particularmente vulnerable. Por lo tanto, es esencial que las políticas de adaptación y mitigación tengan en cuenta estas necesidades específicas y promuevan la inclusión y la accesibilidad en todos los niveles.
Para abordar estos desafíos, es crucial que se promueva la concienciación sobre las implicaciones del cambio climático en la salud de las personas con discapacidad y se garantice que tengan acceso a servicios de salud y apoyo durante y después de eventos climáticos extremos. La equidad y la inclusión deben ser principios fundamentales en la respuesta al cambio climático para asegurar que nadie se quede atrás en la lucha por un futuro más sostenible y saludable.