La transición energética es un proceso que busca reemplazar las fuentes de energía no renovables y perjudiciales para el medio ambiente con fuentes de energía sostenibles y renovables. Sin embargo, para garantizar una transición justa, es importante considerar la perspectiva de las personas con discapacidad y asegurarse de que estén incluidas en el proceso.

La discapacidad puede ser un factor importante en la toma de decisiones relacionadas con la energía. Las barreras de accesibilidad, por ejemplo, pueden afectar la capacidad de las personas con discapacidad para utilizar ciertos tipos de energía y tecnologías, lo que puede limitar su capacidad para acceder a un suministro fiable y asequible de energía. Por lo tanto, es importante garantizar que la transición energética sea accesible e inclusiva para todas las personas, incluidas las personas con discapacidad. Esto incluye la implementación de estrategias de accesibilidad en la planificación y desarrollo de nuevas tecnologías energéticas, así como la consideración de las necesidades específicas de las personas con discapacidad en la toma de decisiones relacionadas con la energía.

Por eso, es necesaria la participación activa y significativa de las personas con discapacidad en la toma de decisiones que les afectan. Esto significa que deben tener la oportunidad de participar en la planificación y ejecución de políticas y proyectos que aborden la transición justa, y su perspectiva y experiencias deben ser valoradas y consideradas en todo momento. Por eso, tal y como especifica CSR Europe en su Programa Europeo de Personas para una Transición Justa e Inclusiva, los miembros corporativos y las organizaciones asociadas nacionales involucrarán a los responsables políticos europeos para garantizar la justicia social en la política climática y energética de la UE. Este compromiso contribuirá al desarrollo de recomendaciones políticas que alimentarán el " documento de política para un acuerdo verde social 2024-2029 " de CSR Europe.

Una transición energética forma parte de una transición justa, es decir, del camino hacia un futuro sostenible y equitativo para todos. Esta transición es necesaria para abordar los desafíos globales de cambio climático, seguridad energética y sostenibilidad económica:

  • Eficiencia energética: Mejorar la eficiencia en el uso de la energía para reducir el consumo y las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Fuentes de energía renovable: Aumentar la participación de las fuentes de energía renovable, como la solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica, en su generación.
  • Reducción de emisiones: Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad del aire y el agua mediante la adopción de tecnologías más limpias y sostenibles.
  • Desarrollo sostenible: Fomentar el desarrollo económico mediante la creación de empleos verdes y la inversión en tecnologías sostenibles.
  • Cooperación internacional: Promover la cooperación internacional para abordar los desafíos globales relacionados con la energía y el cambio climático.

La transición energética es un proceso complejo que requiere la participación activa de los gobiernos, la industria, la sociedad civil y los ciudadanos para lograr un futuro más sostenible y justo para todas las personas. La implementación de políticas y tecnologías sostenibles, la educación y la conciencia pública son esenciales para lograr una transición energética efectiva y justa.